D E C L A R A C I Ó N
(Sesión del 9 de mayo de 2003)
Cierre de la legislatura del Consejo de la Reserva de Biosfera (1999-2003)
Considerando que la lucha histórica de Lanzarote por un desarrollo equilibrado y viable para la Isla es un proceso largo, de avances lentos y parciales, y distante todavía de haber conseguido resolver definitivamente el problema central del crecimiento turístico en la isla. A lo largo de este proceso han intervenido diversos actores y se han producido varios hitos relevantes, entre ellos la labor realizada por César Manrique, la entrada en vigor del Plan Insular de Ordenación de Lanzarote (PIOL) en 1991, la declaración de la isla como Reserva de Biosfera en 1993, la Estrategia de Desarrollo Sostenible Lanzarote en la Biosfera en 1997, la primera Revisión del PIOL en 2000, el proyecto Ecotasa Lanzarote o Life Lanzarote 2001-2004: Exploración de nuevas líneas de actuación, financiación y fiscalidad para la Reserva de Biosfera, las movilizaciones sociales que culminaron en la manifestación del 27 de septiembre o la segunda Revisión del PIOL en curso, aprobada inicialmente.
Reconociendo que, a pesar de lo realizado hasta ahora, la evolución de la isla sigue siendo preocupante, quedando mucho camino por recorrer hasta resolver el problema central del crecimiento turístico, como se demuestra en la insostenible evolución de los principales indicadores socio-ambientales. Entre 1996 y 2001, las extracciones de áridos, la producción de residuos y el consumo de agua y de energía se multiplicó prácticamente por dos. Por otra parte, las nuevas edificaciones turísticas y no turísticas crecieron un 70%, la densidad de la población aumentó en un 30% y la densidad de vehículos en más de un 40%. Ya en 2000, se contabilizaron 183,5 personas por kilómetro cuadrado, cuando en 1987 era sólo de 90 personas. Esto se ha visto ratificado en la Encuesta de Temas Insulares de abril de 2003, en donde casi la mitad de los entrevistados considera que la conservación del medio ambiente ha ido a peor en los últimos cinco años, siendo el impacto de las construcciones turísticas el tema peor valorado. Así pues, la contención del crecimiento turístico, que es lo que está ocasionando todos los aumentos citados, sigue siendo la tarea prioritaria en la isla. Sin embargo, todo indica que no sólo se trata de encauzar el crecimiento turístico, sino también de reorientar de forma más sostenible los propios patrones de consumo del conjunto de la sociedad, incluidos los turistas. Reconociendo el cambio de rumbo que ofrecen las Directrices de Ordenación General y del Turismo, que significan un avance trascendental en la redefinición del modelo de desarrollo general y turístico seguido en el Archipiélago hasta la fecha, más allá de sus aciertos y limitaciones y reconociendo que su operatividad dependerá de la voluntad política de cumplirlas y hacerlas cumplir. Las Directrices crean un marco para la reorientación hacia la sostenibilidad de las políticas autonómicas durante los próximos 10 años, pero, por otro lado, vienen a reforzar el propio proceso seguido en Lanzarote para contener y reducir drásticamente el potencial alojativo comprometido para después de 2010, puesto que la isla no podía seguir avanzando en la contención de su crecimiento turístico si no se producían avances en toda Canarias. No obstante, hacen falta mecanismos que garanticen eficazmente el estricto cumplimiento de la legalidad urbanística y que se reoriente, a la vez, el voluminoso ahorro empresarial generado por la Reserva de Inversiones para Canarias hacia inversiones sinérgicas con la sostenibilidad del desarrollo, evitando su aplicación a nueva oferta alojativa en zonas con una presión turística excesiva en relación a su capacidad de carga. Ahora bien, un cambio en profundidad del modelo de desarrollo turístico en Canarias es imposible si no va acompañado de la posibilidad financiera de acometerlo; ello significa afrontar los costes que pudiera conllevar el rescate de los posibles derechos edificatorios afectados por la adaptación del turismo a la capacidad de carga de las distintas islas.
Reconociendo la importancia de la participación social y del Consejo de la Reserva de Biosfera, y que será difícil avanzar hacia escenarios más sostenibles en Lanzarote sin un movimiento social activo que incida en el estamento político y en las instituciones. En ese contexto, estimular el debate y la participación social y fortalecer el Consejo de la Reserva de Biosfera constituyen condiciones básicas para avanzar hacia un desarrollo más equilibrado. Esta tarea enlaza con la profundización en la democracia y es una responsabilidad que atañe al conjunto de las instituciones públicas, aunque también a la capacidad que muestre la sociedad civil para promover los cambios que se precisan. Es por lo que, con motivo de la celebración de la última sesión del Consejo de la Reserva de Biosfera correspondiente a la legislatura 1999-2003, la Presidencia del Consejo ofrece la siguiente
DECLARACIÓN
Primero.-Es fundamental culminar la Revisión del Plan Insular de Ordenación de Lanzarote (PIOL), tal y como está formulada en los temas de fondo, porque el conjunto de las medidas planteadas en la Aprobación Inicial constituyen un paso adelante en la contención del crecimiento turístico en Lanzarote. La desclasificación de cinco millones de metros cuadrados, un millón de metros cuadrados construidos y 25.000 plazas turísticas y residenciales en suelo turístico, supone un avance sustancial para el reequilibrio insular y resulta fundamental que dicha Revisión se apruebe definitivamente y entre en vigor cuanto antes sin que se produzcan recortes en sus planteamientos sustantivos, una tarea ésta que compromete a las instituciones públicas y al conjunto de la sociedad civil.
Segundo.-Es urgente diseñar nuevos escenarios e instrumentos de desarrollo insular antes de 2010. Sin transformar las lógicas del desarrollo vigente y los instrumentos de actuación no será posible encauzar el desarrollo insular por vías más sostenibles. No sólo hay que oponerse y frenar los nuevos crecimientos turísticos, sino que también hay que diseñar y hacer viable un nuevo marco de desarrollo en el que el progreso económico y social sea posible sin recurrir a la continua expansión de una presión humana que ya no es viable. Contribuir a clarificar esa línea de trabajo hacia el futuro es el objetivo del proyecto Ecotasa Lanzarote o Life Lanzarote 2001-2004: Exploración de nuevas líneas de actuación, financiación y fiscalidad para la Reserva de Biosfera. Si bien queda mucha elaboración y debate pendientes, se puede adelantar que si se aspira a avanzar en esa nueva dirección será necesario crear nuevas lógicas e instrumentos de trabajo como la capacidad de desclasificar el suelo urbanizado, la creación de un fondo de rescate de derechos edificatorios legalmente consolidados, la rehabilitación del espacio urbano turístico y de las propias instalaciones turísticas, nuevas políticas económicas y fiscales orientadas hacia la sostenibilidad del desarrollo y de los estilos de vida individuales, una gestión sostenible de los flujos turísticos en los aeropuertos, la modulación de la segunda residencia en las zonas turísticas, la contención de la segunda residencia en núcleos no turísticos del interior y litoral de la isla, la creación de eco ordenanzas para una gestión sostenible del agua, la energía y los materiales en la edificación o, por último, la creación de un nuevo marco estratégico para fortalecer el sistema económico insular compatible con la contención del crecimiento turístico.
Todo ello constituye un reto apasionante que debemos de imaginar y poner en práctica entre todos antes del año 2010.
El Consejo de la Reserva de Biosfera, cada uno de sus integrantes y las organizaciones a las que pertenecen, deben comprometerse a perseverar en la dirección que se expone en esta Declaración.