Tal y como reflexionábamos en clase en el CEIP Güime desde que nos levantamos hasta que nos acostamos cada acción que realizamos tiene una repercusión en el medio ambiente. Estas interacciones pueden ser positivas (reducir los residuos, ahorra energía, usar la bicicleta…) o negativas (derrochar agua, comprar productos dañinos para el medio ambiente…). Los alumnos y alumnas del colegio decidieron que su papel como “Cuidadores de la Biosfera” era intentar minimizar las negativas y aumentar las acciones positivas con su entorno.
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Una manera de mejorar el entorno del colegio, interactuando positivamente con la fauna que vive alrededor, es construir un bebedero de animales. El bebedero, construido por los propios niños y niñas del colegio, está hecho mediante materiales reciclados, como un neumático y un plástico viejo, además de piedras, palos y tierra del entorno. De esta manera en periodos de sequía animales como los lagartos, las aves o los insectos pueden usar esta agua como recurso.

Uno de los objetivos del proyecto Colegios de la Biosfera es trabajar las responsabilidades individuales, en este sentido el bebedero sirve también para distribuir tareas y responsabilidades rotativas entre el alumnado. Rellenar el agua periódicamente, llevar un registro de las especies observadas y rescatar a los animales que puedan quedar atrapados son las responsabilidades que se trabajarán tras este taller.

Como siempre, los alumnos y alumnas del centro se llevaron una ficha a casa para trabajar en familia, mediante la cual seguir aprendiendo y mejorando en nuestras interacciones con el medio ambiente.
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